Pues a mí lo de las hormigas y la miel me parece un dispendio. ¿Saben a qué precio está la miel? Además las hormigas son muy señoritas, y en cuanto se les acabe la miel, lo mismo desprecian el cuerpo portador de ésta, y figúrense qué humillación para la víctima, sentirse despreciado y rechazado de esa manera. Es como hacerle a alguien un bocadillo, que se coma el relleno y te devuelva el pan diciendo: «ya no tengo hambre». O como si una banda de violadores sádicos, en cuanto la han arrancado la ropa la miran con cara de asco y dicen: «¡aaaag, qué tía más asquerosa, yo a esta no la hago nada», y se van corriendo (andando deprisa). Lo que les digo, a mí esas torturas tan rurales no me gustan nada, yo soy más de cosas clásicas.
3 Respuestas para “Perlas de calabaza. Don Diego”
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Olé con olé
¡Ea!
Me encanta el entusiasmo manifestado a base de bisílabos.