Fuego en el cuerpo

Ayna ,

Después de la calurosa acogida al Alcalde, el pueblo retoma sus actividades normales. Morencos regresa a su bancal y se dispone a reemprender el trabajo, pero antes de hacerlo se queda mirando al infinito ensimismado y con una sonrisa soñadora. De pronto se produce el prodigio que esta vez es de consecuencias dolorosas. A Morencos se le prende el culo con un fogonazo espectacular seguido de una llamarada. Empieza a gritar desesperado y se deja caer sobre el agua de la acequia. Varela acude enseguida en su socorro. «¡Qué barbaridad, qué dis­parate!», repite Morencos. Su compañero le pregunta qué le ha pasado, pero él no acierta a explicarlo: «Estaba yo pensando en la muchacha esa que ha traído el Alcalde y, de repente, me ha pegado un fogonazo el culo y ha empezado a arder. No sé. Algo psicosomático. Como cuando a los místicos les salen los estigmas, las llagas… y todas esas cosas».

La secuencia abunda en el conocimiento de los extraños sucesos que se producen en esta zona. Un pensamiento erótico provoca de inmediato una reacción puramente física. El deseo carnal de Morencos se materializa en un fogonazo que le quema el culo. La situación, como veremos enseguida origina otro prodigio de consecuencias más espectaculares, graves y dura­deras, que certificarán la existencia de poderes mágicos en el lugar y el potencial sobrenatural de algunos de sus habitantes.