Compartirlo todo

Ayna ,

Tampoco se sabrá cómo ha manejado Jimmy el nombre y la obra de Dostoievsky para convencer a Aurora de que les deje a dormir en su casa, pero en la secuencia siguiente nos encontramos al padre y al hijo dispuestos a acostarse en una cama matrimonial que ella les ha cedido. La escena tiene una comicidad inmediata. La imagen de actores tan singulares como Cíges y Resines compartiendo una misma cama es irresistible. Jimmy está terminando de ponerse un camisón blanco largo. Teodoro ya está acostado. Encima de la cama hay un gran crucifijo de madera, una estampa ampliada de un santo y múltiples objetos extraños que ador­nan la pared y dan a la habitación un aspecto agobiante y recargado. «¿A usted le había hablado Pepe de esta casa, padre?», pregunta Teodoro. «No, ¡qué va!». Admirado por la habi­lidad paterna, insiste: «¿Y cómo se le ocurrió decir eso de Dostoievsky?». «Pues no lo sé, hijo, la verdad -responde- Pero, mira, gracias a esa tontería vamos a dormir bajo techado. ¿Qué te parece?». Al meterse Jimmy en la cama, pregunta: «Supongo que me respetarás, ¿eh, Teo­doro?». El hijo, muy ofendido, responde: «¿Qué guarradas está usted pensando, padre?». «Déjate, déjate, que un hombre en la cama siempre es un hombre en la cama». Teodoro se da media vuelta y se dispone a dormir.

La escena vuelve a sacar a colación el nombre de Pepe, del que nada se nos aclara, aunque es de suponer que se trate de un pariente o un amigo oriundo o asiduo visitante del pueblo manchego. En un efecto de distanciamiento Cuerda reconoce que lo de citar a Dostoievsky es una tontería, un absurdo de los muchos que hay en la película. Tal vez Jimmy haya dedu­cido ya que ese tipo de recursos son los que rigen la convivencia en la localidad, pero quién sabe si hubiera conseguido su propósito de haber evocado a Tolstoi. La posición de Teodoro en la cama -está tumbado mirando hacia su espalda- provoca la desconfianza de su padre, que teme una violación nocturna. Nada se sabe sobre las inclinaciones sexuales de Teodoro, pero probablemente Jimmy piense que allá en Oklahoma su hijo haya adquirido costumbres per­versas. Teodoro se duele de la insinuación del padre, que pone en cuestión su virilidad o el res­peto debido a un padre.