Aunque vengo del dentistaLes traigo atento y amableEl romance amanecista
En su tercer entregable. En estos versos se cuenta, A todo aquel que lo aprecie, Cuando un brotante se encuentra Compañeros de su especie. Todo maese amateur Conoce de su aislamiento, Nadie comparte su fe, Pero le importa un pimiento. Comparte resignación Con arrianos, cupletistas, Estudiantes de letón, Mencheviques y oviedistas. Amanecista, ¡resiste! Entre tanto paisanaje Necesariamente existe Un compañero de viaje Resiste, que pronto o tarde Llegará la sensación De no estar solo y aparte Con nuestra absurda afición Un amigo o un extraño, Sin que nada lo propicie Nos da el alegrón del año Cuando de repente dice |
Cualquier frase de AmaneceSurgida en conversaciónQue al escucharse parece
Clavarse en el corazón Que no tengo cuerpo, madre. ¿Pero yo qué te hecho a ti? Mira que plagiar a Faulkner. Pues probablemente sí. Para dar ejemplo al mundo. Distancia buena de manos. Adúlteras, punto segundo. Mire, padre, ¡americanos! Cuando alguna de estas frases Oye nuestro aficionado Su mente sufre un desfase Y grita conmocionado: ¡Amigo que me comprendes, De mamá toma el rosario! ¡Todos somos contingentes, Pero tú eres necesario! Así acaba esta canción De estigmas y de albedrío Que sigue la narración De este nuestro desvarío La hora me despareja Les dejo, que tengo prisa, Pues yo soy la gallineja Y a las doce dicen misa. |
4 Respuestas para “Cantar de mio Amanece (III)”
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Gerardo, insigne vate, ¡todos somos contingentes pero tú eres necesario! Impresionante, cada día te superas más. No me atrevo a seguir escribiendo versos. Por cierto, la palabra «menchevique» ¿cuántas veces a lo largo de mi vida la habré oído o visto escrita? me encanta. Me recuerda cuando le pregunté a un profesor de inglés que cómo se traducía «catapulta», y me dijo que era muy práctico saberlo, tratándose de una palabra de uso tan común. Cuando me aburra voy a hacer un recuento, y si no me sale nada me pongo a estudiar letón.
Pues muchas gracias, Don Diego 🙂 Me divierto mucho escribiendo el romance, la verdad. A mí «menchevique» me fascina también y más combinada con «oviedista» JAJAJA (carcajada con tono malvado y sportinguista).
Llorar, llorar de risa.
Aunque sigo siendo más amigo de la forma que del contenido, tengo que decir algo sobre éste: esta tercera parte del romance podría titularse «la soledad del amanecista» (bonita frase pretendidamente profunda, juas juas) o bien «Dios los cría y ellos se juntan». Y encima con final feliz ¿qué más queremos? No le veo más que ventajas. Por cierto, me he propuesto durante esta semana que empieza colar la palabra «menchevique» en alguna conversación, sin que esté fuera de lugar; no va a ser tarea fácil. Pero bueno, si he oído a mi hija de nueve años decir «execro y abomino» (yo soy el responsable, claro), cualquier cosa.